COBOS

Su forma dentro del sexmo de San Martín es, como Otero, la de una península, unida por el oeste con Muñopedro también de este sexmo, el resto de los pueblos linderos son del sexmo de la Trinidad. Pertenece a la cuadrilla de Villacastín y su extensión es de 10,53 kilómetros cuadrados, un término pequeño.

La tierra de Cobos estaba dentro de la donación que el obispo de Segovia hizo al maestro Navarro y a un grupo de canónigos a finales del siglo XI o comienzos del XII, con el fin de continuar con la regla de San Agustín. A cambio estos debían pagar un tercio de los diezmos a la iglesia de Segovia, carga que en 1148 (primer documento que existe sobre Párraces y último del obispo Pedro de Agen) se les condona y se sustituye por un pequeño censo conocido con el nombre de “Reverende” que rescató más tarde Felipe II cuando la Abadía se incorpora al monasterio del Escorial. En 1149 cuando el papa Eugenio III confirma los bienes adquiridos y por adquirir al abad de Santa Mª la R.de Párraces, le concede que en los términos de dicho Monasterio no se pueda edificar ninguna iglesia sin licencia del abad y convento. Como consecuencia de ello, Cobos ni ningún otro pueblo de la Abadía tendrá iglesia hasta el siglo XVI, su parroquia será la de Párraces a donde estarán obligados a ir a misa y a recibir todos los sacramentos.

Su escaso término, y el que la mayor parte de la tierra perteneciera a Párraces, obligó a los habitantes de Cobos a dedicarse a otra actividad, la fabricación de paños, comprando la materia prima en el entorno o en lugares más alejados, hay escrituras de compra de lana blanca y negra sucia a ganaderos de La Seca y Medina del Campo (Valladolid). Su especialidad serán los paños bastos que seguirá fabricando hasta el siglo XIX.

El siglo de máxima prosperidad, como en la mayoría de los pueblos segovianos, fue el siglo XVI y lo demuestra el hecho de que fue el primer pueblo que se enfrentó a la Abadía buscando primero el apoyo del obispo de Segovia, del que Párraces se había separado, de Fernando El Católico, del Papa Julio II o del emperador Carlos para lograr que su hospital de pobres dedicado a San Sebastián se transformase en iglesia como así ocurrió, pero tras continuos juicios.

En 1587 empezó a construir la cabecera de su iglesia con arquitectos que habían trabajado en El Escorial, su hermosa cúpula, visible en la distancia, se anticipará a la de Segovia y será su modelo. Aún en el siglo XVII, y a pesar de la dura crisis demográfica de 1630, era el pueblo de la Abadía con mayor número de habitantes, salvo Aldeavieja. Cobos tenía doscientos cincuenta vecinos en 1646.

Una rica historia cargada de lucha y tenacidad recogida en su página web que obtuvo el segundo premio de Castilla y León en la categoría de Iniciativa en el año 2004.

En 1970 se incorporó a Sangarcia del que más tarde se separó convirtiéndose en una entidad local menor el proceso se inició en abril de 1979. Su población ha ido descendiendo hasta el día de hoy que tiene setenta y cuatro habitantes censados. La tradición más destacada es la del “teo”, la quema de piñas mientras dura la novena el sábado anterior a la fiesta de la Virgen de los Remedios el primer domingo de septiembre.