NAVAS DE SAN ANTONIO

“San Antonio bendito grande es tu fiesta pero cuesta trabajo subir la cuesta”

Este dicho lo dicen los romeros que desde pueblos de nuestro sexmo, del de San Millán, del de la Trinidad, o de otros lugares, como Madrid, parten de sus casas de madrugada andando, a veces descalzos y suben la cuesta del Tomillarón hasta llegar a la ermita.

En una escritura firmada en Çarçuela a veintidós días del mes de enero de 1635, podemos leer:” Luis de Nicolás de este lugar otorgo y conozco por esta presente carta que vendo por venta real a vos Pedro del Barrio del dicho lugar, que está presente una cerca cercada al cerro del Señor San Antonio”…En esa fecha no se había levantado la actual ermita, faltaban aún noventa y cuatro años.

Navas de San Antonio, conocida anteriormente por el nombre de Las Navas de Çarçuela, se encuentra junto a la N. VI, antigua Carretera general de Castilla. En el Catastro del marqués de la Ensenada de mediados del siglo XVIII, el lugar contaba con seis casas mesón de diferentes particulares: 1º de Agustín Tapia que arrendado valdría ciento cuarenta reales. 2º De Bárbara Fernández de igual valor. 3º De Antonio García del Pozo que valdría ciento treinta. 4º De Miguel de Pablo de igual valor. 5º De Lucas Becerril que arrendado valdría lo mismo y 6º de Juan Otero cuyo valor sería de ciento sesenta reales.

El día veintitrés de julio de 1681 ante el escribano público de número y concejo de Çarçuela del Monte D. Francisco Palomo Solana, se firmó una escritura de arrendamiento de una casa mesón en el lugar de Las Navas de Çarçuela, entre Baltasar Galicia vecino de este lugar, que la recibe en renta y  Julián Mondéjar en nombre de Juan de Berasteyn administrador de la hacienda del Señor D. Antonio de Mendoça Camaño y Sotomayor, caballero de la O. de Santiago, marqués de Villagarcía ….la casa mesón se compone de caballerizas, pajares, corral y demás posesiones cercada con una cerca de piedra. La dicha casa –mesón se arrienda por cuatro años que empezaron a correr el día de San Juan de junio pasado, pagando el primer año de arrendamiento ciento setenta reales y doscientos cada año de los otros tres siguientes.

Si la obligación de Baltasar Galicia es pagar la renta, la del propietario es correr con todos los gastos de las obras y reparaciones, en tejados, puertas, aposentos, horno, caballerizas, pajares, paredes y otras cosas, e igualmente debe correr con los gastos de arreglar cerraduras, llaves, cerrojos y otras cosas tocantes a la cerrajería que dicha casa-mesón hubiere menester.

Entre sus obras de arte en el centro del pueblo se conservan unas paneras reales del siglo XVIII que se atribuyen a los Churrigueras y que servían para almacenar el grano en el buen tiempo, para hacer más fácil a los arrieros de Etreros y Sangarcía conducirlo a Mardrid en el invierno.