Inmigrantes

EN 1943 eran escasos los que salían del valle, pero en cambio, la inmigración temporal era importante y servía para cubrir unos trabajos que no podían o no sabían hacer los naturales del valle así tenemos:

1) Los hacheros. Los trabajadores del pinar no eran gente del sexmo de Lozoya, sino vecinos del pueblo de Aguilafuente (Segovia), pues los habitantes del valle desconocían el oficio. En el pinar actuaba una sola cuadrilla formada por doce hombres bajo las órdenes de un encargado. La campaña se hacía en dos etapas la primera de marzo a junio y la segunda de septiembre a noviembre. La cuadrilla corta por término medio cuarenta pinos al día en el pinar de los belgas y tres mil en cada una de las etapas de la campaña.

2) Los tejeros. Los vecinos del valle no sabían fabricar las tejas que cubrían sus tejados, y por ello, todos los años por mayo, de treinta a cuarenta gallegos naturales de Pontevedra, venían al valle para poner en marcha las tejeras terminando la campaña en el mes de septiembre.

3) Los segadores de los prados. En este caso los inmigrantes procedían de Asturias. Pero en 1943, nos dice el profesor Casas, ya hacían ese trabajo los serranos, habiendo heredado de aquellos las guadañas y el arte de segar.

4) Los pastores. Permanecen generalmente de junio a octubre, el resto del año bajan a Extremadura, y en su mayor parte las ovejas pertenecen a ganaderos de Santo Tomé, Arcones, Orejana y de otros pueblos de Segovia o Ávila.

5) En los últimos años la belleza del lugar está invitando a crear segundas viviendas en estos pueblos para la población de Madrid que buscan la tranquilidad, la belleza de este valle y el sosiego que en estos lugares se respira. El movimiento migratorio se produce entre la ciudad y el campo en los fines de semana o en periodos de vacaciones.